En marzo de 2022, un pico de homicidios bajó a Nayib Bukele de golpe del planeta Bitcoin. La muerte de 87 personas en tres días marcó el inicio del estado policial que desde entonces domina la vida de los salvadoreños; un régimen de excepción que suspende garantías básicas y suma miles de denuncias por detenciones arbitrarias, torturas y muertes en las cárceles al mismo tiempo dio paso a un país ‘seguro’ y a un modelo que hoy otros quieren copiar.
Mientras investigaciones periodísticas y documentos dan cuenta del pacto que mantuvo Bukele con las pandillas al inicio de su gestión, la violencia repentina le dio una excusa para apelar a la misma solución que otros gobiernos —la mano dura— pero con el entusiasmo de un emprendedor, sin frenos, con publicidad y golpes de efecto. La política de tierra arrasada hizo de Bukele uno de los políticos más populares en la región y terminó por romper algunas comunidades que habían resistido unidas a casi todo. Hasta que el Gobierno les ofreció un número de teléfono y les dijo: llamen, su denuncia es anónima.
Créditos:
Producción y reportería: Eliezer Budasoff y Silvia Viñas
Reportería y producción de campo: Carlos Martínez y Gabriel Labrador
Producción digital: Desirée Yépez
Edición: Daniel Alarcón y Camila Segura
Verificación de datos: Bruno Scelza y Desirée Yépez
Tema musical, música, diseño de sonido y mezcla: Elías González
Asistente de producción: Selene Mazón
Ilustración: Diego Corzo