[David Trujillo]: En el episodio anterior…
Carlos Valdés, el entonces director de Medicina Legal, la entidad forense de Colombia, anunció en diferentes ruedas de prensa los resultados de los análisis de cuatro pruebas del caso Pizano.
Primero habló de los tejidos del cuerpo de Jorge Enrique que habían guardado en formol después de la necropsia.
[Carlos Valdés]: No se encontró cianuro en ninguno de los tejidos ni en la solución que contenía los tejidos.
[David]: Luego, se refirió al tarro de cianuro envuelto en bolsas plásticas que encontró el Cuerpo de Investigación de la Fiscalía en la casa donde murieron Jorge Enrique y Alejandro.
[Carlos]: Lo que se puede decir es que él tocó la bolsa externa, tocó la bolsa interna y tocó el contenedor en el cuerpo y en la tapa.
[David]: También habló de la botella de agua saborizada de la que Alejandro tomó el cianuro.
[Carlos]: Y el resultado es que dentro del diverso material genético que se halló, amplificó el ADN del señor Jorge Pizano. Ese es el resultado: había ADN del señor Jorge Pizano.
[David]: Y por último, de la toalla que estaba en el baño donde la esposa lo encontró agonizando y que tenía unas manchas cafés.
[Carlos]: Los resultados son los siguientes: en primer lugar, se trata de sangre humana. En segundo lugar, el ADN recuperado de allí corresponde al del señor Jorge Pizano. En tercer lugar, la mancha no contiene cianuro.
[David]: La conclusión entonces, según todos estos resultados, era que Jorge Enrique tocó el tarro de cianuro, tocó la botella de agua saborizada, pero no murió envenenado.
Los rumores de que algo extraño estaba pasando alrededor de este caso empezaron muy pronto. A los pocos días de las muertes de Jorge Enrique y Alejandro Pizano, Javier Oviedo, el presidente de uno de los sindicatos del Instituto de Medicina Legal, empezó a recibir quejas de sus colegas peritos. Decían, principalmente, que los estaban presionando para aceptar la versión que el director de ese momento estaba diciendo en medios. Este es Javier.
[Javier Oviedo]: Hay unos peritos que nos llamaron y dijeron: a nosotros nos llamaron a primera hora para que nosotros firmáramos un comunicado. Es decir, el director los reunió para que le firmaran un comunicado conjunto diciendo que se había hecho todo y que todos… y ellos no quisieron firmarlo, ellos no quisieron. Pero ninguno quiso hablar por el miedo a… pues a lo que se venía y era un caso complejo. Y lo que implicaba lo de Odebrecht y todas estas cosas. Pues, eso, digamos que intimida, ¿no? A cualquiera.
[David]: Aunque intimidados, los colegas de Javier le insistieron que no podían apoyar la versión del entonces director. No estaban de acuerdo con darle credibilidad a los resultados de los análisis de las muestras de tejidos de Jorge Enrique. Siempre se supo que estaban sumergidas en formol, una sustancia que puede eliminar el cianuro y hacer que su detección sea más difícil. Aunque eran muestras no aptas para ese procedimiento, lo hicieron y validaron esos resultados. Pero con eso, según Javier, no podía descartarse ni confirmarse nada. Podían ser un falso positivo.
[Javier]: O sea, la prueba no era fiable. Ahí no hay una verdad absolu… o sea, no está la verdad. Hasta donde nosotros conocemos, la fundamentación que se hizo como muerte natural no es tan firme. Parece más como si lo hubieran hecho parecer así. Ya era algo muy grave lo que estaba haciendo porque es que él está diciendo cosas que sus peritos no están diciendo y está haciendo cosas por fuera de los procedimientos que están establecidos y del funcionamiento.
[David]: Con estas denuncias que recibía el sindicato, lo que Javier y sus colegas sospechaban era que estaban planeando algo desde arriba.
[Javier]: A nosotros nos daba la sensación de que estaban encubriendo algo, porque es que qué necesidad tenía usted de salir a mentir. Eso nos llenó más para decir no, aquí hay que hacer algo. Entonces ahí fue cuando nosotros decidimos arriesgarnos. Y decidimos sacar eso a medios.
[Periodista]: Un médico del Instituto de Medicina Legal y directivo del sindicato denunció que no se podía siquiera buscar cianuro en los tejidos de Jorge Enrique Pizano por el formol en que los entregaron y le pide al director Carlos Valdés que explique sus declaraciones.
[Javier]: Que explique cómo es posible que se detecte en el formaldehído y en los tejidos con formaldehído se busque hacer una prueba de cianuro si no está validada en el Instituto, que explique eso a la opinión pública.
[Periodista]: Oviedo fue más allá. Refutó las afirmaciones de Valdés sobre una toalla manchada de sangre.
[Javier]: ¿Queremos preguntarle al director general cómo puede decir que la mancha de sangre era de Jorge Pizano si no hay una muestra de referencia porque el cuerpo fue cremado?
[David]: Esa denuncia salió en medios el 9 de diciembre, un mes después de las muertes. Medicina Legal, con Carlos Valdés a la cabeza, rechazó todas las denuncias. Publicó un comunicado en el que dijo que Javier era médico general y que no tenía los conocimientos en patología, toxicología o genética para refutar los resultados de los análisis. Insistieron en que contaban con técnicas especializadas y validadas para encontrar cianuro.
A la semana siguiente, el noticiero Noticias Uno publicó una reunión virtual en la que Valdés citó a todos los funcionarios de la entidad del país.
[Periodista]: El pasado lunes, el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, había convocado a una rueda de prensa para explicar su versión en el caso de la muerte de Jorge Enrique Pizano y su hijo Alejandro luego de que el médico y presidente del sindicato del Instituto, Javier Oviedo, pusiera en duda los resultados de los estudios. Pero inesperadamente la canceló y en cambio convocó a una teleconferencia a todo el personal de Medicina Legal en el país.
[David]: Alguien, desde un salón donde se proyectaba la reunión, grabó un video a escondidas. Sobre una pared blanca se ve la imagen de una videollamada donde aparece Valdés, que empieza saludando a sus subalternos.
[Carlos]: Me alegra tenerlos ahí. Un saludo para todos y todas.
[David]: El audio no es el mejor, porque seguramente se grabó con un celular, pero se alcanza a entender que Valdés les habló de lo que estaba pasando, de las denuncias que cuestionaban la confiabilidad de los análisis de las pruebas. Y les pidió algo…
[Carlos]: Pedirles en este momento a toda la comunidad del Instituto de Medicina Legal que si yo les coaccioné, me denuncien, por favor.
[David]: Poco a poco se fue exaltando y empezó a agitar su mano.
[Carlos]: Que se paren y digan algo. Si yo los he coaccionado en algún momento. No puede ser posible que 104 años de trabajo se vayan por el caño porque un sindicalista se atreve a manchar al Instituto.
[David]: Luego se calmó un poco, pero se notaba desanimado. Se sobó la cabeza, en un momento se le cortó la voz y al final gritó lo que esperaba de todos ellos.
[Carlos]: No espero más de ninguno de ustedes, compañeros del Instituto, sino su lealtad a la institución.
[David]: Por último, prometió algo.
[Carlos]: Este director continúa. Nadie me va a intimidar a mí.
[David]: «Este director continúa», o sea, no iba a renunciar. Y termina diciendo que nadie lo va a intimidar.
La Procuraduría abrió un proceso para investigar a Valdés por posibles fallas disciplinarias. Pero además de esa investigación, Javier recuerda que justo después de hacer una rueda de prensa para publicar las denuncias, él y el vicepresidente del sindicato recibieron un correo del Fiscal General de la Nación.
[Javier]: Del mismo Néstor Humberto Martínez, fiscal de ese entonces. Donde decía hemos recibido su denuncia, le asignamos un fiscal y este es un número de noticia criminal. Eso era muy raro, porque cuándo un fiscal se toma el trabajo de escribirle a uno diciéndole hemos recibido su denuncia. Es como decir yo sé quién es usted y lo que hizo.
[David]: Y para ellos fue más raro cuando buscaron ese número de noticia criminal en la página de la Fiscalía, o sea, el número de registro del caso, y no parecía ser su denuncia.
[Javier]: Cuando nosotros posteriormente verificamos ese, esa noticia criminal, eso corresponde a otra cosa, menos a lo que es.
[David]: Ahí dice que el delito que investigaron fue contrato sin cumplimiento de requisitos legales. No parece que estuviera relacionado con lo que denunció el sindicato de Medicina Legal. Y también dice que la investigación fue archivada en noviembre de 2021.
[Javier]: O sea, eso nunca se hizo. Y es más, la Fiscalía nunca nos llamó a declarar. Jamás.
[David]: Desde Central Series y Radio Ambulante Studios, esto es La Ruta del Sol.
En el episodio de hoy vamos a revisar con detalle las pruebas de este caso que se analizaron en Medicina Legal y las razones por las que todavía siguen siendo tan controversiales.
Soy David Trujillo. Episodio 5: La necropsia.
[David]: Empecemos por recordar algo: la necropsia del cuerpo de Jorge Enrique la hicieron un día después de la muerte, el 9 de noviembre, en un hospital con un contratista privado. Al no tener indicios de que fuera una muerte violenta, no la hizo Medicina Legal, por lo que el dictamen de la causa de la muerte no fue suyo.
Javier añade un dato adicional.
[Javier]: Y es que quien hace la necropsia clínica es un ex perito del Instituto, pero no es un sólo ex perito, es el ex subdirector de Servicios Forenses. Un patólogo experimentado.
[David]: Ese perito se llama Pedro Emilio Morales. Lo contacté para entrevistarlo, pero me dijo que no podía hablar sobre el tema porque en este momento el caso tiene reserva, pero en 2019, sí dio algunas declaraciones a la Procuraduría por el proceso disciplinario a Carlos Valdés.
Según explicó Pedro Morales en esas declaraciones, cuando empezó a hacer la necropsia del cuerpo de Jorge Enrique en la historia clínica no había información que lo llevara a suponer una intoxicación por cianuro. Y no vio las señales evidentes que suele dejar ese veneno en el cuerpo: ni manchas sonrojadas en la piel ni la sangre muy fluida y roja ni la mucosa gástrica de color cereza ni el olor a almendras amargas. Como no había nada de eso, ni siquiera contempló la posibilidad de la intoxicación por cianuro.
Recordemos que Jorge Enrique estaba tratando un cáncer desde hacía más o menos un año, pero Morales también dijo que no encontró el linfoma canceroso, lo que significa que el tratamiento había funcionado. Pero sí descubrió unas afecciones en el hígado, en los pulmones, en un riñón y en el corazón. Con eso y basándose en antecedentes de enfermedades cardiacas, concluyó que había muerto por lo que se llama una «arritmia cardíaca por hipertrofia ventricular izquierda», es decir, una falla que puede ser causada por estrés físico con ejercicios no habituales o estrés psicológico debido a emociones desbordadas, como pánico o miedo. Pero también por falta de oxígeno.
Como ya dijimos en los episodios pasados, Morales guardó unas muestras de tejidos de humor vítreo, la sustancia gelatinosa que está en los ojos. Pero no tomó muestras de sangre, que es de donde se pueden hacer los exámenes toxicológicos más confiables, porque, según dijo y acá cito: «Si tomo sangre quiere decir que debo hacer estudios de toxicología y convierto la autopsia en una autopsia médico legal». Eso significa que hubiera abierto la puerta a la hipótesis de una muerte no natural y no tenía ningún indicio que lo llevara a pensar eso.
Entonces, enfoquémonos en esas muestras de tejidos. Ya sabemos que estas eran la única opción para analizar una posible intoxicación por cianuro porque el cuerpo lo habían cremado. También sabemos que llegaron sumergidas en formol a un laboratorio de toxicología de Medicina Legal. Y recordemos que el formol podía eliminar el cianuro y hacer más difícil su detección.
Javier, el presidente del sindicato, dice que esas muestras ya no servían para hacerles ese tipo de análisis.
[Javier]: El problema de ahí era que el… primero, la prueba no estaba estandarizada en el Instituto, o sea, no se hacía. Y en los otros laboratorios pues es muy complejo. O sea, no había la… No estaba el procedimiento para hacer eso, pero finalmente él lo hace, Valdés ordena que se haga.
[David]: Carlos Valdés, el director de Medicina Legal en ese momento, me aseguró que eso no era cierto. Que esas acusaciones venían de una discusión política. Este es Carlos.
[Carlos]: La muerte de Jorge Enrique Pizano se planteaba como un hecho político y había un grupo político que acusaba a otro grupo político que se defendía. En medio de eso estaba el director de Medicina Legal y estaba la institución y se hacían muchos cuestionamientos, ¿no?
[David]: También dijo que no presionó para que analizaran las muestras de tejidos sumergidas en formol, porque nunca intervenía en el trabajo de los peritos por la estructura piramidal que ha tenido el Instituto desde siempre.
[Carlos]: El director no se hablaba con los funcionarios. El director da las directrices a través de su subdirectora y de los directores regionales.
[David]: El toxicólogo que hizo ese análisis de las muestras le dijo después a la Procuraduría que cuando las recibió no se aclaraba en el rótulo del recipiente que estuvieran formolizadas, como es habitual. Cuando se dio cuenta, lo consultó con su jefa, la coordinadora de toxicología, para que determinara si se podía hacer o no el análisis y ella lo autorizó. El toxicólogo siguió la indicación, pero dejó la constancia de que esas muestras no eran las mejores. Otro informe pericial del mismo caso que se hizo después, también dice lo mismo: las muestras en formol no son las más idóneas para realizar la búsqueda de cianuro. Este tipo de análisis es más adecuado realizarlo en muestras de sangre o contenido gástrico.
Así que el toxicólogo abrió el pedazo de hígado que recibió y del centro extrajo una muestra de sangre a la que aparentemente no había llegado el formol. El resultado de ese análisis, como ya sabemos, fue negativo para cianuro, pero en la declaración a la Procuraduría, cuando le preguntaron al toxicólogo cuál era la probabilidad de encontrar cianuro en esas muestras, dijo algo que, para ser rigurosos, voy a citar de manera textual: «Si el cianuro está, la probabilidad es toda en este tipo de muestra que analicé. Pero como no tenemos la certeza de que el formol hubiese atacado toda la muestra, no podemos sostener que estuviéramos ante cianuro. Hoy no estoy seguro de que el formol había atacado toda la prueba. Por eso se analizó el centro, que parece aún no está formolizado». Cierro la cita.
El toxicólogo dijo también que le informó de todo eso al fiscal encargado del caso, incluso lo de que las muestras no eran las más adecuadas para ese análisis. Al final, es el fiscal el que decide si las pruebas son válidas. Y eso fue lo que hizo: las aceptó.
Pero entonces si las muestras de tejido no eran las mejores, ¿el resultado podría no ser confiable? Aunque Carlos dijo que no habían encontrado cianuro en una rueda de prensa, porque la ley le permitía anunciar resultados de este tipo de investigaciones, Javier, el presidente del sindicato, insiste que con esas muestras formolizadas no se podía saber con certeza si Jorge Enrique realmente consumió o no el veneno.
[Javier]: Pues con lo que había, no se podía confirmar. Científicamente no está demostrado ni uno ni lo otro.
[David]: Carlos dice que efectivamente no hay un 100% de confiabilidad, porque ninguna ciencia, incluyendo la forense, produce verdades absolutas.
[Carlos]: ¿Qué le quiero decir con esto? Cualquier resultado científico dado por cualquier laboratorio del mundo es una verdad no absoluta. Es una verdad relativa.
[David]: Y agrega que por supuesto se pueden cometer errores, pero que los procedimientos de calidad del Instituto pueden detectarlos a tiempo.
[Carlos]: Con esto quiero decirle que sí, el resultado de que no existe cianuro en la muestra puede ser cuestionado, claro, y científicamente se puede cuestionar. No puede ser cuestionado por dimes y diretes, por testigos, por creencia, porque yo me imagino, no. Los resultados científicos deben ser cuestionados científicamente.
[David]: O sea, dice que el resultado negativo se puede refutar con otro análisis científico, pero como no existen otras muestras no contaminadas con formol, es imposible hacerlo.
Pero hay algo más en las declaraciones de Pedro Morales, el perito que hizo la necropsia de Jorge Enrique, que vale la pena resaltar.
Después de la muerte de Alejandro, cuando las autoridades lo buscaron para corroborar la información, no descartó del todo la posibilidad de que Jorge Enrique hubiera muerto por cianuro. Pero dijo que él no vio ni olió nada sospechoso, aunque sí aclaró que las manchas sonrojadas de la piel que deja la sustancia pueden variar y que incluso detectar el olor a almendras amargas depende de la susceptibilidad del investigador y muchas personas ni siquiera lo reconocen. Añadió que, y acá cito, «la intoxicación por cianuro se puede demostrar con el cuerpo o con la escena». Por eso, les recomendó a los investigadores buscar el tarro de cianuro en la casa y hasta averiguar si Jorge Enrique había buscado en Internet cómo suicidarse de esa forma.
Morales también les dijo a las autoridades que no habían tenido en cuenta que el cianuro de la botella estaba disuelto en agua saborizada, que tiene ácido cítrico. Les explicó lo siguiente –también es una cita textual–: «si el agua tiene ácido cítrico al mezclarla con cianuro se produce ácido cianhídrico, que es un gas muy volátil y cuando uno lo aspira puede morirse sin identificarse después la causa de la muerte». Cierro la cita.
Dijo que era una hipótesis posible y agregó que si ese era el caso, y nuevamente cito, «en los exámenes de toxicología no se ve nada, no van a encontrar cianuro en la sangre».
Entonces le planteé a Carlos, Valdés, esa hipótesis: la de que el gas que produce la mezcla del cianuro con el agua haya matado a Jorge Enrique y que por eso no se pudo encontrar el veneno en las muestras de tejidos.
[Carlos]: Sí, existe esa posibilidad. Ahora, ese término en ciencia no es nada, porque hay posibilidad que sí, posibilidad que no en ciencia, en ciencia no es nada. Para mí, como médico en ejercicio de la ciencia, nunca especulo. Yo no especulo. Yo digo lo que la ciencia me da hasta ahora. Puede que al pasar de los años la ciencia avance y, como le digo, la verdad que hoy es relativa, se pueda modificar al avance… Pero hasta ahora esa es la verdad.
[David]: Después de la pausa, la botella y la toalla.
Ya volvemos.
[David]: Estamos de vuelta en la Ruta del Sol.
Está claro que Alejandro Pizano tomó el líquido de una botella plástica de agua saborizada con tapa verde. Era pequeña, de tamaño personal. Estaba casi llena cuando la encontró en el escritorio de su papá.
Después, mientras reaccionaba a los efectos del veneno, sus hermanas aseguran haber cogido esa botella varias veces. Primero Juanita, que la acercó a sus labios para tratar de identificar qué era ese líquido. Después Carolina, cuando salieron hacia el hospital y en el carro se la entregó otra vez a su hermana. Y finalmente Juanita se la pasó a alguien en la ambulancia y vio a unas enfermeras que la tenían. No supo qué pasó después.
Pero resulta que a esa botella le hicieron análisis en Medicina Legal y confirmaron que contenía cianuro. Pero también encontraron otras cosas, como esta que menciona Javier, el presidente del sindicato.
[Javier]: Se tomaron muestras del pico de botella y ahí encontraron ADN que era de un familiar de él.
[David]: ADN de un familiar de Alejandro. El informe pericial es muy claro, y acá lo cito: «En el frotis de la boca de la botella de plástico se encontró un perfil genético de un individuo masculino desconocido». El mismo informe también aclara que se trata del ADN de, y acá vuelvo a citar, «un familiar de Alejandro Pizano Ponce de León de su mismo linaje paterno».
[Javier]: Digamos que compartían información genética como si fuera de papá e hijo.
[David]: Además, el informe pericial agrega que ese ADN era el mismo que había en las bolsas plásticas que envolvían el tarro de cianuro que encontraron en uno de los baños. La conclusión era lógica. Carlos Valdés la confirma.
[Carlos]: La botella tenía cianuro y ADN de Jorge Enrique Pizano. O sea, había tocado la botella.
[David]: Pero no es que sólo hubiera tocado con las manos el cuerpo de la botella, como dijo Carlos en una rueda de prensa. El ADN, según el informe pericial, lo encontraron en la boca de la botella. Ahora, que haya tomado de ahí antes o después de que tuviera cianuro… eso no lo podemos saber.
El informe pericial también da otro dato que parece absurdo. Lo cito textual: «Alejandro Pizano Ponce de León se excluye como el origen del perfil genético obtenido del frotis de la boca de la botella de plástico». Se lo pregunté a Carlos.
[David]: ¿Eso significa que no hay ADN de Alejandro?
[Carlos]: No. Eso significa que no había… y es entendible por esto, mira: Para detectar la molécula del ADN tiene que haber un mínimo de células. Muy seguramente el poco contacto que hubo entre los labios de Alejandro Pizano y el borde de la botella no fue suficiente para dejar el mínimo de células para que detecten el ADN. ¿Sí me hago entender?
[David]: Entendido. Pero es que aunque analizaron toda la botella, no sólo la boca, tampoco encontraron ADN de las otras tantas personas que la tocaron.
[Carlos]: Ah, pues no sé por cuántas manos, pero sólo se encontró en el borde de la botella el de Jorge Enrique. No sé por cuántas manos habrá pasado. O no sé cómo la manipularon o… eso sí, no sabría.
[David]: Y entonces le pregunté si era posible que en el afán por llegar a un resultado que sostuviera el dictamen inicial de la muerte natural, se hubiera forzado los otros análisis de las pruebas o incluso ignorado la información que podría contradecirlo.
[Carlos]: No, eso no es posible, porque como le digo, todo el Instituto, sus laboratorios, todo, todas las dependencias del Instituto actúan con sistemas de control de calidad. Entonces, que alguien pueda pensar que se alteró un procedimiento para llegar a un resultado previamente acordado, eso es totalmente imposible cuando una institución está acreditada internacionalmente y nacionalmente.
[David]: Pero aun así, como él bien lo dijo: se pueden presentar errores.
Ok. Entonces veamos lo de la toalla.
Era blanca, de cuerpo. Estaba en el baño donde la esposa de Jorge Enrique lo encontró agonizando en el piso. Según dijo la familia, era la toalla con la que estaba envuelto en ese momento. Y tenía algo importante: unas manchas cafés que parecían ser sangre.
La investigación de la Procuraduría concluyó que por el tiempo transcurrido de embalaje y de conservación de la toalla, esa prueba tampoco era apta para hacerle un análisis para detectar cianuro. Aun así, lo hicieron. Y el 27 de noviembre, Carlos Valdés anunció en otra rueda de prensa los resultados de los análisis de esas manchas cafés.
[Carlos]: Los resultados son los siguientes: en primer lugar, se trata de sangre humana. En segundo lugar, el ADN recuperado de allí corresponde al del señor Jorge Pizano. En tercer lugar, la mancha no contiene cianuro.
[David]: Y ese dictamen se sostuvo hasta más o menos un mes después, cuando el 20 de diciembre La W Radio reveló el informe pericial de la toalla con una conclusión sorprendente: las manchas no eran de sangre.
[Periodista]: Valdés aseguró que sólo hasta hoy a mediodía conoció el texto del dictamen forense que fue enviado por Medicina Legal a la Fiscalía y en el que se asegura que no se trataba de sangre lo que, según él, no cambia el resultado primario donde se informó que Jorge Pizano murió por causas naturales.
[David]: Una pausa y volvemos.
[David]: Estamos de vuelta en La Ruta del Sol.
El informe pericial de la toalla dejó claro que las manchas no eran de sangre, como lo había dicho Carlos Valdés públicamente. Para Javier Oviedo, el presidente del sindicato, ese dato tumbaba todo el discurso que Medicina Legal venía diciendo desde hacía más o menos un mes sobre el caso Pizano.
[Javier]: Efectivamente, hay una prueba que se busca cianuro en sangre. Pero no era sangre, entonces al no ser una mancha de sangre, pues se le cae toda la mentira. Recuerde que él era médico, y si usted lee ahí dice que no es sangre. Si lo puede leer alguien de afuera y decir la conclusión de que no hay sangre, ¿por qué no un médico puede interpretar? O sea, es muy ilógico, ¿no? Entonces puede caber las dos cosas: o quería encubrir o definitivamente pues no sabía lo que estaba haciendo.
[David]: Carlos me aseguró que se enteró del informe pericial de la toalla ese mismo día por los medios de comunicación. Como ya lo ha dicho antes, él no intervenía en el trabajo de sus subalternos. Lo que hacía, según él, era replicar la información que le entregaban. Por eso, cuando se enteró de la noticia de inmediato llamó a su subdirectora para saber qué era lo que había pasado.
[Carlos]: Le dije a mi subdirectora: averígüeme con el laboratorio de qué era esa mancha. Y entonces ella me responde como a la hora: el resultado es que esa mancha es saliva. Dije: ay, me equivoqué.
Los colombianos que me escuchen saben que en Colombia hay un adagio que dice que uno no debe dar papaya. Es decir, las oportunidades para equivocarse son muchas, pero uno debe ser muy cuidadoso de no equivocarse. Sé que sentí una gran desilusión de haberme equivocado. Había perdido porque yo debí haber preguntado. Yo mismo me sentí desilusionado porque no había actuado con rigor. Y véame usted, yo podía haber dicho no, los culpables fue el químico que no avisó, que habiendo escuchado que yo ante los medios decía que era sangre, no advirtió. Que tampoco lo hizo el jefe del laboratorio, que tampoco lo hizo el coordinador, que tampoco lo hizo el director seccional, que tampoco lo hizo el director regional, que tampoco lo hizo la subdirectora. Y había podido echarles la culpa a cualquiera de ellos y los había podido echar de la institución porque era una falta grave. Pero yo me fui ante el Fiscal General y le dije: Fiscal, el culpable sólo soy yo. Renuncio a partir de ahora.
[Periodista]: Atención porque el director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Valdés, renunció a su cargo. El funcionario aceptó que cometió un error de comunicación al revelar dictámenes de las pruebas en el caso Pizano.
[David]: Carlos anunció su renuncia en una rueda de prensa.
[Carlos]: He presentado mi renuncia el día de hoy, porque mi trabajo de ocho años al frente del Instituto no tiene por qué verse manchado. Soy el único responsable, que mi equivocación obedeció a que por las características iniciales de la mancha, asumí que se trataba de una mancha de sangre. Que a partir de ese momento cometí el error de nunca preguntar su origen a los laboratorios y solamente me concentré en los resultados forenses de si correspondía o no al señor Pizano y si había o no allí cianuro.
[David]: En esa misma rueda de prensa, también sostuvo que Medicina Legal había hecho bien su trabajo y que el resto de los resultados de los análisis seguían intactos.
[Carlos]: Los resultados obtenidos en el laboratorio y que ustedes conocieron no alteran en nada la integridad de él. Ese resultado es veraz. No tiene ninguna modificación.
[David]: Pero me quedaba una duda sobre la toalla. El resultado del análisis era que las manchas no eran de sangre, eran de saliva… ¿Pero saliva café?
[Carlos]: Muy seguramente, porque también en los relatos que tenían los del CTI, parece ser que antes había tomado café. Pero no, de lo contrario no sabría por qué era color café. O si puede haber ocurrido que la denominación de color café hubiese estado equivocada, ¿no? Porque a veces a uno le parece un color café y a veces no es café. Hay gamas.
[David]: Era saliva, ok. Su análisis confirmó que no había cianuro… también ok. Pero entonces…
[David]: ¿Es probable que esa saliva hubiera estado antes de que él, supongamos, hubiera consumido cianuro?
[Carlos]: Ahí vuelvo y le digo no sé. Y como médico que practica la ciencia, no especulo. Entonces no sé, no sé. La probabilidad es que sí. Probabilidad que no, no sé.
[David]: Carlos dejó la dirección de Medicina Legal el 31 de diciembre de 2018, pero siguió trabajando en la Fiscalía. Según me dijo, fue el entonces Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, el que le ofreció ser asesor en la creación de una base de datos con ADN de delincuentes, y Carlos aceptó porque me dijo que necesitaba trabajar un año más para tener una mejor pensión.
Desde ese momento hasta hoy, que se dedica a ser profesor en universidades, siempre ha dicho que en el caso Pizano nunca manipuló la información ni dijo mentiras, sino que se equivocó.
[Carlos]: Y si uno mira un diccionario español, cuando uno miente es cuando sabe la verdad y la cambia. Eso se llama mentira. Pero si uno, sin saber un resultado, dice otra cosa creyendo que eso es cierto, eso se llama en idioma español equivocación.
[David]: Y, según eso, cuando hay una equivocación, las implicaciones son otras. En 2023 la Procuraduría terminó dándole la razón en ese sentido y lo absolvió en primera instancia de cualquier responsabilidad disciplinaria.
Javier Oviedo, el presidente del sindicato, dice que a pesar de que fueron él y sus colegas los que denunciaron las posibles irregularidades y los que aportaron las pruebas para que investigaran, nunca los notificaron de esa decisión.
[Javier]: De tanto preguntar, nos dicen que falló el caso, que ya se cerró el caso. Entonces nosotros pedimos copia de todo el proceso y decidimos apelarla, porque en el proceso había muchas inconsistencias. Y la Procuraduría de ese entonces nos dice no, ustedes no tienen derecho, no pueden apelar y no nos dejan apelar.
[David]: Por la misma época de la renuncia de Carlos Valdés, a finales de diciembre de 2018, un juez de segunda instancia se pronunció sobre la inspección que hizo el Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía a la casa de los Pizano. Una inspección que, recuerden, de entrada tenía como hipótesis lo del suicidio por problemas económicos.
Lo que hizo ese juez fue ratificar que las pruebas que la Fiscalía recogió en esa inspección no eran válidas. La ley dice que las evidencias deben legalizarse ante un juzgado en las siguientes 36 horas, pero en este caso, la Fiscalía se quedó con los objetos durante cinco días. No respetaron la cadena de custodia.
Eso significaba algo crucial: como la Fiscalía no siguió lo del tiempo establecido por la ley, las pruebas que se llevaron ese día, como el tarro de cianuro envuelto en bolsas plásticas o la toalla con las manchas cafés, no eran válidas en un proceso legal. Tampoco podían usar lo que había en los celulares de Jorge Enrique ni en los discos duros de sus computadores, como las conversaciones con periodistas, con las autoridades de Estados Unidos y las demás pruebas que había ahí sobre la corrupción en la Ruta del Sol II. Eso no significaba que la información que había ahí no fuera valiosa, sólo que no se podía utilizar para el proceso legal.
En el próximo episodio…
[Jorge Robledo]: Y este probablemente va a ser el primero, el primero de estos debates, en el que vamos a tener completos los elementos del rompecabezas.
[Angéliza Lozano]: Néstor Humberto sabía a qué iba la Fiscalía: a tapar, a bloquear, a proteger, a garantizar la impunidad del hombre más rico de Colombia, su jefe o su amigo, una relación muy estrecha.
[Néstor Humberto Martínez]: Pues Jorge Enrique viene esta noche al hemiciclo del Senado a tomar partido frente al infundio, frente a la injuria, frente a la mentira, frente a la falacia.
[David]: El Fiscal General de la Nación aceptaría una invitación a la que no estaba obligado a ir. Pero estaba listo para dar la pelea.
Créditos
La Ruta del Sol es un podcast de Central, el canal de series de Radio Ambulante Studios, y forma parte de la red de podcasts My Cultura de IHeart Radio.
La reportería y producción de esta serie fueron hechas por mí, David Trujillo. La editora principal es Camila Segura, con edición adicional de Daniel Alarcón, Silvia Viñas y Eliezer Budasoff. Eliezer es gerente del proyecto. La verificación de datos es de Bruno Scelza y de Sergio Sebastián Retavisca. El diseño y la mezcla de sonido son de Martín Cruz, con música original de Andrés Nusser y Óscar Luna. La gráfica y la dirección de arte de la serie son de Diego Corzo.
El desarrollo de producto de La Ruta del Sol estuvo a cargo de Natalia Ramírez. La producción digital la hicieron Nelson Rauda y Óscar Luna, con el apoyo de Lina Rincón y Samantha Proaño, del equipo de audiencias de Radio Ambulante Studios.
La Ruta del Sol se grabó en Fiona Records.
En iHeart los productores ejecutivos son Arlene Santana y Leo Gomez.
Queremos agradecer a la FLIP por su valioso apoyo en la revisión legal de esta producción y en su asesoría en materia de seguridad.
Carolina Guerrero es la productora ejecutiva de Central y la CEO de Radio Ambulante Studios.
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Soy David Trujillo. Gracias por escuchar.